La libertad de expresión sufrió un duro golpe en Italia. Un grupo de más de cien activistas, desprendido de una marcha propalestina, asaltó y vandalizó la redacción del prestigioso diario La Stampa en la ciudad de Turín. El ataque, ocurrido en la tarde del viernes mientras la sede se encontraba vacía debido a un paro nacional de prensa, provocó importantes daños materiales en las instalaciones. Esta irrupción violenta es un acto inaceptable que atenta contra uno de los pilares esenciales de nuestra democracia: el derecho a informar sin miedo ni presiones.

 

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Los asaltantes, muchos de ellos encapuchados, forzaron puertas, rompieron mobiliario y esparcieron material de oficina e incluso estiércol en el acceso principal, según reportaron las fuentes policiales y el propio medio. La gravedad del incidente escaló con las amenazas explícitas plasmadas en pintadas. Consignas intimidantes como "Periodista, te mato" y "La prensa es cómplice del genocidio" quedaron grabadas en los muros de la redacción. Estos mensajes, que buscan infundir terror entre los trabajadores de prensa, generan una preocupación mayúscula sobre el creciente clima de intolerancia.

La reacción política fue contundente y unánime en el arco institucional. Tanto la primera ministra, Giorgia Meloni, como el presidente de la República, Sergio Mattarella, condenaron el hecho y expresaron su solidaridad con los trabajadores del diario. Meloni afirmó que "La libertad de prensa es un pilar de nuestra democracia y debe defenderse siempre y sin ambigüedades". La policía ya logró identificar a 34 personas vinculadas al ataque, en un esfuerzo por demostrar que la violencia contra la libre circulación de ideas no tiene cabida y debe ser castigada con todo el peso de la ley.